viernes, 17 de enero de 2020

ORUJO DE ARÁNDANOS




Elisa salió de la bañera muy relajada y se puso un delicado batín. Tenía una gracia innata en todos sus movimientos. No sólo era guapa, todo lo que hacía potenciaba esa belleza. Su voz, su aparente fragilidad, la mirada cálida y emotiva y esa sonrisa que iluminaba la estancia. Y ella lo sabía, pero le daba lo mismo.
Se puso su aroma preferido sobre toda su piel. Los tacones que odiaba con todas sus fuerzas y aquella falda tan bonita como absurda desde su subjetivo punto de vista.
A pesar de su inseguridad, ésta no era tan innata, aquel día estaba encantada de haberse conocido.
Ya en el salón, se paró un momento y se le pusieron los ojos acuosos. Miro por la ventana. El cielo azul y unas nubes deshilachadas maquillaban un día de por sí precioso. Y recordó.
Se sentó frente a una elegante mesilla y se tomó una copaza enorme de orujo casero que había hecho su marido, con arándanos que crecían en un bosque perdido, de un trago. Se quedó mirando fijamente la foto de una cabra que hicieron aquel día ya lejano en que fueron a por los arándanos, que estaba sobre la mesilla; siempre le había gustado esa foto. Llenó de nuevo la copaza, y se la tomó también. Y una tercera, por lo de la vencida. No estaba acostumbrada y empezó a salivar y marearse un poco. Casi vomita, sintió una náusea, pero se le pasó por pura fuerza de voluntad. A eso sí estaba más acostumbrada, a soportar náuseas.
Acto seguido comenzó a sentirse mejor, de hecho bastante mejor. Se fue.
Mientras conducía con la música a todo volumen le hizo gracia el colocón que llevaba, se pasó un semáforo en rojo, pero aposta, no por el colocón. Se partía de risa. Pasó al lado de la policía y les saludó con la mano, la velocidad era adecuada, y ellos le devolvieron el saludo, los muy mendrugos. Empezaba a sospechar cómo acabaría el día.
Aparcó el coche del tirón, sus reflejos aún no habían mermado. Estaba muy tranquila, como en mucho tiempo. Conocía el precio de la resaca, pero hoy le daba igual.
Cuando entró en la enorme sala ya estaba abarrotada. Se emocionó un poco. Todo el mundo sentado, su familia, sus amigos y conocidos, sus compañeros, sus directores. Y un montón de gente muy elegante que no conocía de nada. La recibieron los presentadores, les saludó amablemente, y subió las escaleras como una reina. Su figura delgada, su manera de caminar, de mirar, de respirar. Lábil, tenue, vulnerable. Y, sin embargo, parecía invencible.
Se situó dónde le indicaron, corrigió la posición del micrófono, miró al frente. Sus ojos tenían una expresión inolvidable, vibrantes, luminosos.
"Quiero dar las gracias a todos los presentes por este reconocimiento", comenzó su discurso.
"Significa tanto para mi este premio, que no olvidaré jamás este día, y espero que todos los aquí presentes, tampoco lo hagan".
Los aplausos y su eco recorrieron el enorme teatro. Ella dirigió un momento la mirada hacia arriba, como si estuviera viendo algo, pero sólo estaba mirando la lujosa y tremenda lámpara de pedrería ; estaba pletórica.
"Por todo ello y mucho más quiero agradecer de forma muy especial el amor y la fuerza que mi madre, mi marido y mis hermanos me han regalado siempre sin pedir nada a cambio. Y a todos los demás, exceptuando al señor de la primera fila que es un bohemio sin hogar al que no conozco de nada y he invitado yo, ayer mismamente para ser exactos...decirles que son una panda de mediocres, pusilánimes y lameculos"
Las expresiones que vio no la defraudaron. Primero de desconcierto e incredulidad, algunas eran realmente para haberlas grabado; todo fue según lo esperado. Lo soltó todo tan rápidamente que nadie reaccionó.
"Este reconocimiento me lo habría merecido por la obra anterior muchísimo más, cuando todos ustedes me dieron la espalda, entretenidos como estaban unos con otros nadando en la baba de su soberbia. Y se lo habrían merecido muchos verdaderos amigos y verdaderos compañeros brillantes, que hoy no están aquí, y nunca han estado. Agradecerles ser tan repulsivamente iguales unos a otros, tan previsibles, tan presuntuosos, pagados de sí mismos, botarates, anodinos, mendrugos y mendrugas; tan grotescos en su vano intento de parecer geniales. Tan imbéciles de haber creído que eran originales. Tan insolidarios, inmaduros, legos, tan burdos, tan cobardes, tan maliciosamente astutos y materialistas. Tan gregarios. Tan vulgares.
Señoras, señores; son ustedes la viva representación de todo lo que yo nunca he querido ser. Y sin más, decirles por último que su premio hoy, aquí, ahora, me importa una soberana mierda.
Muchas gracias, muchas, de verdad,  a todos"
Recogió sus papeles y bajó. Como una reina. El hombre vagabundo de la primera fila aplaudía como un loco, el loco que era. Él, y su madre: ésta se levantó y se dirigió a abrazarla, orgullosa. Sus hermanos después, entre estupefactos, divertidos y en estado de "shock". A su marido, templado, alto, imponente,  le brillaban los ojos. Corrió a abrazarla, también. Los flashes de las cámaras de los reporteros se sucedían como cataratas  de luz, y en la foto de portada de toda la prensa del día siguiente la sonrisa de ella, de Elisa, iluminaba toda la página, toda la estancia, toda la vida del que se atrevía a mirarla.






35 comentarios:

  1. Un relato impresionante y justo. Hay tanta gente falsa en el mundo que alaban por hipocresía, el discurso de ella, Elisa, se lo tenían merecido y que bonito final, el amor de la familia es importante... Un placer leerte amiga, saludos.

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    1. Muchas gracias, Sandra, me alegra que te guste:) Tú lo has dicho, todo es tan falso...
      Un beso

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  2. Brindo por el discurso con orujo con "raspanos. Así llamamos por aquí a los arándanos.
    La tarta de queso con arándanos le sale a una que yo me sé buenísima.
    Besos.

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    1. Salud! Yo no bebo orujo, pero si pudo comer tarta de queso....ahí lo dejo.
      Gracias, tejón, besos!!

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  3. Bueno entre divertido, auténtico y brillante. Ojalá todos pudiésemos reaccionar como Elisa ante los acontecimientos e hipocresía de la sociedad a veces tan injusta y "enchufista." Total para que un premio que no te hace ilusión por falso. Lo mejor que los suyos la comprendieron y apoyaron, y muy bueno el señor de la primera fila, que nos representa a muchos o nos gustaría que al menos así fuera. "Genial" Y tanto quemerece un brindis con ese orujo de arándanos. Y bueno la foto de la cabra...

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    1. Hola Katy! Bueno...Elisa eligió su propio "éxito", y creo que estaba más cerca de esa cabra que de todo lo demás :)
      Muchas gracias, Katy, un beso enorme

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  4. Esa cabra quiere salirse de la foto 😍
    Bravoooo 👏👏👏 Fantástica Elisa, el loco y su familia ante la tanta doblez y falsedad. Las tres copas de orujo le sentaron de maravilla.
    Un abrazo.

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    1. Jjajajjaja...yo también lo creo, Laura.
      Un besazo,guapa:)

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  5. El relato es genial de principio a fin y la mirada de la cabra es tremenda, te atraviesa...
    Como siempre acompañas estupendamente las entradas con la música.
    Un abrazo Mónica

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    1. Muchas gracias, Fernando...sí que es penetrante su mirada, que linda.
      Un abrazo grande

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  6. .
    Vayamos por partes, dijo Jack mientras afilaba los cuchillos...
    A ese orujo de arándanos, me apunto. Yo quiero.
    Y también, quiero un escenario para hacer eso que ha hecho Elisa... aunque yo ya lo he hecho una vez... a toda la flor y caca... pero eso es otra historia, a contar con un orujo de arándanos. Aquí, allá, o acullá.
    Eres una artista de la palabra.
    Saluda a Elisa.
    Unos besos para por ahí

    LMA · & · CR

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    1. No hay duda de que el marido de Elisa sabe hacer orujo. Y esos arándanos son la reostia, con perdón.
      Tienes que contarme esa historia, por favor, con orujo o con agua de la fuente, da igual, peo cuéntamela.
      Dos besazos, Alfonso :))

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  7. Yo también quiero de esa pócima mágica con arándanos, me encanta la foto de la cabra y esta maravillosa declaración de intenciones.

    Besines utópicos, Irma.-

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    1. Muchas gracias, Irma. Tu siempre estás invitada, brindemos!!
      Un besazo utópico

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  8. Hola, Mónica.
    Me ha gustado este relato en el que la protagonista se queda tan a gusto
    ¡Qué placer decir lo que se siente y piensa!

    He visto que tienes otro blog y me he hecho un poco de lío. Ya te iré visitando por aquí o por allí.

    Muy buenas tus fotos, me encantan :)

    (Soy Paloma o Evavill, lo que más te guste. blog empleada doméstica)

    Besos

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  9. ¡Hola Paloma!
    O Evavill, me gustan los dos:D Que bien que viniste!! Me hace mucha ilusión, de verdad, y me encanta cómo escribes. Muchas gracias:)
    Sí que es placentero decir lo que se siente y se piensa, sobre todo en estos tiempos que corren, tan individualistas y de postureo. En fin...Es placentero, y arriesgado también, jeje.

    Pues nos vemos, y muchas gracias de nuevo!!
    Un beso

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  10. Así podían ser muchos discursos cuando dan premios. Imagino las caras. Saludos.

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    1. Así serían muchos si tuvieran el orujo de los arándanos mágicos de Elisa, el orujo de la verdad, jajajajejej.
      Un beso;)

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  11. Un texto totalmente genial Me has encantado lo mejor del mundo para vos besos

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  12. Un relato realmente interesante, me ha gustado mucho como siempre entrar en tu blog,saludos.

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  13. La foto de la cabra es estupenda y el texto dice muy bien lo que dice, y lo que muchos no deberían olvidar de decir en tantas ocasiones. El orujo de arándanos hace maravillas para eso. ¿Será que algunos no lo han probado?

    Abrazo, Mónica.

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    1. Será eso, seguro. No han probado ni el orujo ni a elegir. Muchas gracias:)
      Un beso

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  14. me gusta leerte sin juzgarte respiro tus letras las miro disfruto las fotos
    todo es una experiencia
    cuando vengo a estar con vos

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  15. Ay, Moni que pedazo de relato te has marcado...
    Si es que cuando te pones, lo bordas mi niña...
    Es un canto a la belleza de la autenticidad, frente a la hipocresía de ese mundo ficticio y oscuro en el que se mueve la mayor parte de la sociedad.
    Hay que ser muy valiente, y tomarse hasta tres copas de orujo de arándanos si fuera preciso para decir la verdad.
    Anda, que no se quedó agustito ni ná, como dicen en Sevilla...jejeje.
    Besos, preciosa mía. Siempre es un placer leerte.

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    1. Muchas gracias Maripaz, te aprecio un montón:)
      Besos, y a Leti;)

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  16. Me has asombrado Siempre me llamó la atención tu arte con las fotos y pequeños e intensos escritos. Pero bueno con este me has dejado con asombro .Me encantas... te extrañaba en mi blog .Me gustas... tu infinidad de emociones me hace pensar que tenemos mucho en común. Seguí así llevándote al mundo por delante, escribiendo lo que se te viene en ganas, y viviendo con llantos o risas lo que nos viene
    besos siempre

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    1. gracias de nuevo, Mucha ;) Un abrazo grande, cuídate...

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  17. Preciosa la cabrita, menuda fotaza le has hecho. Me ha gustado mucho leerte Moni, como siempre. Un fuerte abrazo para las montañas leonesas.

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  18. Fascinante tu historia Yo ya la había pensado para escribir pero me ganaste...
    Adoro estos textos donde la vida se resume en el final. Te escribo hoy desde mi otro blog. Que tenía olvidado Lo he abierto de nuevo. Debe ser el virus Corona que me ha llevado a hacerlo ya que hoy salgo menos que ayer y escribo mas
    Eres tremenda escritora
    mil besos y mi admiracion hacia vos
    jajaja

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  19. Deseando que estés bien. Buena cuarentena Mónica.Toca cuidarse.
    Desde casa te mando este abrazo 🙅

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  20. Lo que da un chupito de orujo de arándanos, buen relato amiga mía. La foto de la cabra es preciosa, un fuerte abrazo desde el confinamiento del Norte.

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